La de 2020 será una cosecha para recordar. La cosecha de la pandemia. También quizá la añada que nos hizo mejores, o no… ¿Quién sabe?.
Lo que está claro es que ha sido una campaña atípica, y como todas las vendimias raras, nos ha dado una de cal y una de arena. Nos ha recordado mucho a la cosecha del 2017, aquella que recordamos como si fuera hoy, la cosecha de la helada en primavera.
Muy parecidas climatológicamente, este año libramos (de la helada solamente…). Fue una primavera bastante lluviosa, con mayor intensidad en marzo y abril, con los problemas que ello conlleva durante la floración, que también fue bastante temprana.
El verano fue extremadamente seco en junio y julio, no se recordaba un verano tan cálido desde ni se sabe. Pero como nos pasa a menudo en El Bierzo, un agosto generoso nos salvó con buenas lluvias.
Con esta situación, sabíamos que la vendimia sería temprana. Tanto es así, que Godelia empezó a vendimiar el godello el 27 de agosto. Solamente en 2017 habíamos empezado tan pronto (otra vez similitudes). Entre mascarillas y geles hidroalcohólicos, tuvimos una vendimia en la que se respiraba una calma contenida; sorprendentemente, una maduración muy igualada entre las distintas parcelas y variedades nos permitió cortar sin prisa pero sin pausa hasta el 14 de septiembre, día en el que el último racimo de mencía entró en la bodega.
Hubo menos uvas, algo que casi agradecimos dadas las circunstancias, alrededor de un 30% menos de lo esperado, debido a la escasez de agua en momentos críticos para las plantas.
Al igual que ocurrió en 2017, a veces, los años de desgracias, también nos dan alegrías, y 2020 no va a ser diferente. Podemos decir que tenemos unos godellos frescos y complejos; con buenas lías y acidez alta, que nos permitirá una buena crianza. En cuanto a los mencías, los vinos jóvenes están ya muy bebibles, es año de violetas y frutas rojas, son muy delicados y fragantes. Las viñas viejas nos han dado muchas sorpresas, que esperamos poder mostrar pronto, estamos deseando llenar las barricas y ver cómo evolucionan.
Si hay algo especial y maravilloso que nos ha dejado la cosecha 2020, ha sido el equipo de vendimia, que pese a las dificultades añadidas, los protocolos y las mascarillas, vendimiaron cada día con una sonrisa, buen humor y compañerismo. Estamos muy agradecidos por ello.
Un año más, levantamos nuestras copas y brindamos por su esfuerzo y actitud.