El roble ha sido, y sigue siendo, la madera preferida para las barricas de vino en todos los países productores. Pero los gustos de los consumidores cambian, las tendencias en este sentido son otras y nosotros (respetando siempre nuestra filosofía a la hora de elaborar) evolucionamos y miramos hacia adelante. Escuchamos a los consumidores y, principalmente, escuchamos a la viña, al varietal, al campo.
Por todo esto, en los últimos años hemos introducido un nuevo tipo de madera para la crianza de nuestros vinos. La madera de acacia. Su uso moderado nos aporta matices muy interesantes en nuestros vinos blancos. Trabajamos con una parte de barricas de 500 litros cuyo cuerpo sigue siendo de roble francés pero sus tapas son de madera de acacia.
La acacia proviene de los bosques del norte de Francia y en los últimos años ha tenido un gran éxito entre las bodegas del condado de Sonoma y la costa de California. Su excelente resultado respetando las características de las grandes variedades blancas ha hecho que su uso se extienda a Europa.
Utilizada en la crianza de vinos blancos (en nuestro caso la utilizamos para la elaboración de nuestro Selección Godello) este tipo de madera aporta una textura mejorada, respetando la expresión de la variedad, su identidad y frescura (la intervención de la madera es menor).
En nuestra Godello del Bierzo encontramos una sensación más redonda y cremosa, con aromas más florales (flores blancas principalmente). La madera de acacia, respecto a la del roble, es menos tánica y con mayor permeabilidad por lo que los vinos obtienen a la vista un color dorado más intenso y en boca resultan posteriormente con mayor volumen, más armados.